La odisea de viajar con niños.

He viajado mucho, pero ésta era la primera vez que salíamos de la casa más de una noche y siendo tres. Nada más de pensarlo me sudaban las manos. ¡Qué nervios! Primero, cómo va a reaccionar él, cómo se portará… Y después Cuántas cosas me tengo que llevar???

Si para nosotros los por si hace frío, por si hace calor, por si… Nos llenan la maleta, ¡¡Imaginaos con un pequeño de tan solo  1 año!! Tengo que decir, que yo me repetía a mi misma que me iba a Roma, que no iba a la sabana africana, que podría encontrar cualquier cosa que me hiciera falta… ¡¡Pero hij@!! Una es un poco madre gallina y entra en modo histérica de pensar que le falta algo y no lo encuentra.

Empecé por las cosas de aseo, pues si gasto 4-5 pañales al día, me llevaré 6, si gasto un body al día, me llevaré un par de ellos más por si acaso. Y así sucesivamente.

Maleta de Lucas

Maleta de Lucas

Contaba con que en Roma iba a hacer fresquete, menos mal que uno de los por si fueron camisetas de mangas cortas… ¡¡Por que vaya calorín!!

Otra cosa era la bolsa del aeropuerto… Salíamos a las 10.30 y aterrizábamos a las 13.00, por lo que tenía que tener previsto desde el desayuno, hasta la comida, sin dejar de pensar en la merienda y cena, ya que los retrasos de los vuelos llegan cuando menos te lo esperas.

En el aeropuerto llegamos con tiempo, así que le dimos el bibi allí, y ya después desayunamos nosotros. Por suerte para nuestra primeraDesayuno de Lucas aventura viajábamos con nuestros amigos Valeriano y Natalia, ¡¡gran ayuda en todo!!

 

Cuando aterrizamos mientras cogimos la maleta, Lucas comió. Yo llevaba su comida caliente, ya que sabía que iba a ser una odisea encontrar a alguien que la calentase, así que fui precavida.

Allí nos esperaba el traslado… ¡¡Qué acierto!! Si queréis ir en taxi, vale lo mismo un traslado, y están esperándote, te llevan las maletas, mucho más cómodo que esperar el taxi.

Llegamos al hotel (muertos de hambre) y nada más dejar las maletas nos fuimos a comer. Pizza “al taglio” a cada cual más rica.Lucas Esperando el avión

 

Después paseamos por el centro de Roma, visitamos Fontana di Trevi, Plaza Navona, Panteón de Agripa, y  ya casi cuando las piernas no nos funcionaban nos fuimos para el hotel. Ducha… Y a cenar.

Esta noche cenamos en un sitio cerca del hotel, que la verdad que me gustó muy poco, el servicio era desagradable y muy turístico… Ni doy el nombre para no hacerle publicidad 😉

 

El hotel donde nos hospedamos fue Residenza Borguese.  El desayuno lo pides y te lo traen a la habitación, ya que al ser un Hostel no tienen grandes espacios  para desayunar. Pero es una maravilla, en 5 minutos lo tienes en tu puerta, calentito y con lo que hayas pedido. Sin olvidar que es un desayuno continental.

Este segundo día tuvimos la excursión guiada de los Museos Vaticanos. Decir que si vais con niños y carrito… Llega un momento que es un poco agobio, incluso si eres una persona de las que te agobias con las marabuntas desde luego que no es tu sitio.
Al principio la guía nos comentó que si nos separábamos era súper difícil encontrarse ya que la gente prácticamente no te deja ni volver atrás ni pararte, ya que te arrastran. Y efectivamente, Lucas se agobió un poco y nos separamos… y lo de encontrarnos fue una tarea muy muy complicada, que mejor no contar…

Lucas y Yo en el Vaticano

Lucas y Yo en el Vaticano

Al terminar almorzamos en  “Pizza Zizza” muy cerquita del Vaticano, y muy recomendable, no solo porque estaba buenísimo, sino porque los camareros son la mar de agradables. Podéis ver como en el Tripadvisor tiene muy buena puntuación.

Por la tarde aprovechamos para ir andando desde el Vaticano hasta el hotel y cogimos esta ruta.

Itinerario elegido del Vaticano al Hotel

Itinerario elegido del Vaticano al Hotel

Aprovechamos el camino de vuelta y vimos el Castillo de Sant´Angelo, La Plaza del Popolo,  y atravesamos el Villa Borguese (precioso parque para dedicarle más tiempo).

Esta ruta la hicimos tranquilos, comiéndonos nuestro gelato de rigor, haciendo las paradas para que Lucas se bajara del carro y andase, y también para descansar nuestros pies,  que bien falta les hacía.

Cuando llegamos al hotel, descansamos un poco, nos duchamos y nos fuimos al Trastévere.¡¡¡Qué zona tan bonita!!! Me encantó. Me vi como en las películas, calles ya con mucha menos gente, restaurantes chiquititos, iluminados con una luz tenue.
Esa noche cenamos en el Carlo Menta, muy conocido, pero para mi punto de vista nada recomendable, hay muchos mejores sitios allí por el mismo precio. Salvo que elijas menú. Pero bueno, la zona era bonita. Cuando terminamos de cenar dimos un paseo, y me comí mi gran merecido CREPE CON NUTELLA, si lo veo no lo perdono, me lo tengo que comer aunque “reviente”.

Restaurante Carlo Menta - Trastevere

Restaurante Carlo Menta – Trastevere

Ya de regreso al hotel… Aún nos quedaban días por delante. Seguimos en el siguiente Post.