En las siguientes líneas os voy a relatar como ha sido mi primer FAM TRIP:
Y diréis que suerte, porque ha sido en Punta Cana, pero no la Punta Cana que hemos conocido hasta el momento, ha sido una experiencia única.
Con esta ha sido la tercera vez que visito Republica Dominicana y tengo que reconocer que ninguna de ellas ha sido cuanto menos parecida.
Yo me centraré en la última visita, la cual ha sido con un grupo de agentes de viaje de toda España, como representante de su propia agencia o como empleado, como ha sido mi caso y el de algunos asistentes más.
La principal misión de un FAM TRIP es conocer lugares, servicios, hoteles, excursiones, así como todo lo relacionado con el destino en el que se realiza la expedición.
Cómo no, todo esto empieza a contar desde que salimos de nuestras casas por la mañana muy temprano, yo en mi caso , despertador a las 05.45 de la madrugada, ya que de Marbella a Málaga hay una horita en coche y siempre hay que salir con tiempo, cojo el AVE a las 8 de la mañana, en el AVE conozco a Brigitte, una agente de viajes de Granada, así que el camino a Madrid se nos hizo ameno y el cercanías a Barajas también, porque a ninguna de las dos nos gusta hablar, no habíamos llegado a Córdoba y ya nos habíamos contado nuestras vidas prácticamente.
Una vez llegado a Barajas, ya habíamos quedado todos previamente mediante un grupo de whatsApp que habíamos creado, así que nos vimos en el mostrador de Evelop!
Ese fue un momento genial, ya que en tu mente te imaginas a las personas de una forma totalmente distinta a la que te vas a encontrar, en mi caso, me dieron buen rollo en el momento que los conocí.
El grupo era muy variado, diferentes provincias, edades, formas de ser, en lo que a mi respecta, en la variedad está la diversión.
Con nosotros venía Fernando Bravo, comercial de Quelónea y Jolidey, y Fernado Bruña de grupo Gea, ellos han llevado el grupo de una manera genial y no han podido ser más divertidos, gran labor la de ellos.
Pues allí, un grupo de personas muy variopinto, nos dispusimos a facturar, ya estaba todo previamente organizado así que solo nos tenían que dar las tarjetas de embarque y facturar nuestro equipaje. Facturación preferente, no hemos esperado ni una cola, las puertas que te abre la palabra “FAM TRIP” lo descubriría en este viaje.
Teníamos los asientos previamente asignados y aquí empezó mi buena suerte, ya que mi compañera de asiento se convertiría en compañera de viaje, Ana Muñoz pasaría a ser mi nueva mejor amiga, jeje!
Personalmente me da bastante mal rollito volar, así que en el momento que facturé parece que se hizo real lo que me venía. Fue entonces cuando me entró ese gusanillo en el estómago, que supongo algunos sabréis cual es.
Lo siguiente fue el desplazamiento de la T2 a la T4, si algún día tenéis que cambiar de terminal y vais con el tiempo justo, os aconsejo que corráis como si no hubiera un mañana, en ese momento es cuando empiezan a sobrarte prendas y empiezas a aclimatarte para lo que te espera, en mi caso…. PUNTA CANA.
Llegados a la terminal, fueron un par de horas de espera, que pasan volando ya que hay de todo, puedes comprar, comer, escuchar música tranquilamente o beber como fue nuestro caso. Ya eran las 12.30 aproximadamente, hora de las cañitas… y cómo no, llevaba preparado desde casa un bocadillo de jamón, el cual cayó rápidamente.
Siempre suelo llevar algo de comida cuando me espera un largo día, ya que normalmente cuando me entra un poco de hambre no veo nada para comer que se asemeje a mi bocadillo de jamón ibérico, hecho con tanto amor por mi pareja!
Cuando probé el primer bocado supe que serias el hombre de mi vida… (es broma, ya lo sabia antes de probarlo, solo por la pinta)
Cuando nos aproximamos a la puerta de embarque nos enteramos que un avión en Colombia había tenido un accidente esa misma mañana y ya se sabía que había un gran número de fallecidos. En ese momento, lo que era un gusanillo en mi estómago se convirtió en un dragón. Me asusté bastante más de lo que ya estaba, y el accidente no se nos borró de nuestras mentes en todo el viaje, fue una gran pérdida.
En el embarque tampoco tuvimos que esperar nada ya que llevábamos embarque preferente, una vez montados en el avión todo se relajó y empezamos a charlar unos con otros y a conocernos. Aquí ya empiezas a darte cuenta con quien harás más migas durante el viaje.
El vuelo fue genial, ni movimientos bruscos, ni turbulencias, teníamos pantallas en el respaldo del sillón delantero, y si no puedes dormir como es mi caso, pues esos vacíos se rellenan con pelis, libros, música, etc…
En mi caso la película que elegí fue Marte, de Mat Damon, muy recomendable para todos los públicos, el libro elegido fue uno recomendado por Rosi, una de las dueñas de la agencia en la que trabajo, El capricho de los dioses, y la música, para relajarme durante el vuelo y poder leer a su vez, no podría ser otro que Vicente Amigo (Él me acompaña en todos mis viajes).
Así pasé las 9 horas que duró el vuelo, que por cierto se me hicieron interminables. Tomamos tierra a la hora prevista, es aquí donde quiero mencionar que cuando salí de Madrid hacían 4 grados y cuando llegué a Punta Cana, 19.45 hora local, hacían 28 grados.
Cómo iba vestida??
Vaqueros, zapatillas deportivas, camiseta de manga corta cómoda y ancha, sudadera muy finita y un chaquetón de plumas que se pliega en una funda y es mas pequeño que un paraguas, casi todo fue a parar a la mochila en el momento que desembarcamos…
Las primeras dos veces que estuve en Punta Cana, una de ellas aterricé en Santo Domingo, fue toda una odisea hasta llegar al Hotel Barceló Bávaro Beach Resort, un largo viaje, con escala en San Juan de Puerto Rico y una espera de más de 4 horas hasta coger el siguiente vuelo hacia Santo Domingo, allí llegamos a SDQ, aeropuerto de Santo Domingo. Todavía nos esperaba un largo trayecto hasta llegar a Punta Cana, fueron aproximadamente, dos horas y media de trayecto en autobús. Ya veis que cuando digo una odisea, fue como decimos aquí en Málaga, la muerte a pellizcos…. jajaja.
La segunda vez fue todo mucho mejor, llegamos al aeropuerto de Punta Cana, llegamos rapidísimo al Hotel Bahía Príncipe y sin ningún tropiezo durante el viaje, esas si que fueron unas vacaciones en toda regla, solo pensar en cosas insignificantes como, que me pongo para cenar? o, me seco el pelo o me lo recojo? Fue desconexión total.
Esta última vez, llegamos a Punta Cana y el aeropuerto parecía otro, mucho más grande, reformado, todo muy amplio, mucho personal trabajando y sobre todo muy atentos, nada que ver con el aeropuerto de Punta Cana que pisé 10 años antes.
Pasamos todos los controles y pagamos los 10€ de tasas por entrar en Santo Domingo, (yo los pagué en dólares) salimos del aeropuerto y allí nos esperaba el autobús para comenzar nuestra gran aventura.
A partir de ahora empieza lo divertido, momentos en el bus inolvidables, hoteles de ensueño, paisajes que se guardarán en mi mente para siempre, juegos, canciones, personas que no olvidaré nunca y muchas, muchas anécdotas!
Nos leemos en el siguiente post!!!!
Viaja con la mente, que con el cuerpo ya lo hago yo!!!!!
Ana Sanchez.