Aquí va mi segunda parte del Fam Trip a Punta Cana
Como lo prometido es deuda ,os voy a contar un poco lo vivido estos días, que me han regalado muy buenos momentos en una tierra tan especial.
Os comento un poco por encima un detalle de mi vida privada. Debido a que siempre he estado muy vinculada a la música, ya que he sido bailaora de flamenco durante algún tiempo, y mi novio es músico, algo que esperaba con muchas ganas, era vivir la música del país, ya que en estos países está muy presente, ya sea en la calle, plazas, hoteles …donde sea yo la quería descubrir.
Pues bien, una vez montada en el autobús camino al hotel, el conductor le dio al play y empezó a sonar Juan Luis Guerra , el cual me flipaaaaa! Y ahí pensé en que me la iba a gozar con la música en esta visita, pues bien, me equivoqué…porque ya ha llegado el reggaeton!!! Pero reggaeton del malo, mira que yo soy la primera que perreo si hace falta, pero todo tiene su momento, yo solo pido merengue, salsa, otra cosita mas bailable.
En el autobús ya con WIFI, todo el mundo con ganas de decirle a nuestros familiares que ya habíamos llegado y que estábamos bien, pero en lo que duró el trayecto, creo que solo uno de nosotros consiguió conectarse, ya me extrañaba a mi!
Importante quitar la itinerancia de datos nada más aterrizar, hoy en día no merece la pena activar roaming, ya que suele haber WIFI en todos los sitios y después casi siempre llegan sorpresas de las compañías de teléfono, por lo menos esa ha sido mi experiencia y de amigos.
Por fin llegamos al hotel, el camino corto y ameno a pesar de lo cansados que íbamos, al llegar al Hotel Grand Barceló Palace 5*, nosotros teníamos chek-in preferente, con lo que nos acompañaron a un reservado y allí nos sirvieron champagne y otras bebidas, yo en mi caso champagne, me encanta, una es humilde pero fina, jajajaja!
Terminamos de hacer el trámite y el botones, nos acompañó a la habitación, yo os aconsejo que cuando estéis en el aeropuerto y tengáis que pagar las tasas de entrada, aprovechéis para cambiar y os den billetes pequeños, ya que te ayudan a todo y bueno pues si puedes ayudarles y dar propina pues entiendo que ellos lo agradecerán.
Allí estábamos ya, en una habitación con un recibidor más grande que mi cocina de casa, y una puerta a cada lado del recibidor, más la del cuarto de baño.
La habitación que nos asignaron a todos los componentes del FAM TRIP, sería una Suite familiar.
No me preguntéis por qué, pero tengo especial obsesión por los baños, así que es lo primero que miro cuando llego a un hotel.
En este caso no hubo sorpresas, gran ducha, gran encimera con dos senos de lavabo, y todo muy bien presentado y cuidado.
Las habitaciones eran, con dos camas de 105, muy cómoda por cierto, gran armario con zapatillas y albornoz, luego me enteré que eran de niña, pero claro con mi talla de pie y mi estatura no tendría por qué haberme dado cuenta.
Mi habitación tenía una terraza con unas vistas preciosas, la terraza de Ana (mi compi) escondería un jacuzzi , no lo pusimos nunca, ya que la habitación la pisamos lo justo, para ducharte rápidamente y dormir, así que no perdimos ni un minuto en probarlo.
Esta noche, saque lo primero que vi de la maleta, como no, mi chanclas Havaianas y fuimos a cenar al Sport Bar, abierto 24 horas, no hice más que salir de la habitación, empezar a andar hacia el lobby y tropecé, resultado? Hawaianas rotas. Eso es muy yo, a patosa no me gana nadie, bueno pues descalza fui a cenar y después hasta la habitación , que madre mía, la caminata que hay en este hotel para llegar a los sitios.
A la mañana siguiente gracias al Jetlag me desperté a las 05.45 como el día anterior en Marbella, salí a la terraza y presencié un amanecer precioso de los de película. En Marbella hay unas puesta de sol preciosas y amaneceres igual, yo no veo muchos porque soy más nocturna, pero tengo que decir que aquí el sol está tan cerca que da la sensación que lo puedas tocar, un momento único para mi sola en mi terracita del Barceló Palace.
Fui a las tiendas del lobby antes de desayunar, porque estaba yo preocupadísima con mis chanclas, ingenua de mí, creía que estaba en Alaska y que iba a ser muy difícil encontrar unas chanclas allí. Pues ya ves, más baratas que en España me compré mis Havainas que me acompañarían en todo el viaje, cualquier cosa que se rompa es sustituible cuando te hospedas en estos hoteles, las tiendas son como centros comerciales y nada más caro de lo que puedas esperar.
Este día quedamos todos en recepción para hacer un tour por el hotel de la mano de Brígido, coordinador comercial de Bávaro Resort.
El complejo es bastante amplio, gracias a los trenecitos que tienen diferentes paradas, te ahorran una caminata, que bajo esos grados a los que estamos sometidos, pues se agradece.
Un hotel con habitaciones amplias en la mayoría de los casos, con vistas y gran baño. Todas ellas con jacuzzi en la terraza y máquina de hielo en todas las plantas, buen detalle este, ya que el servicio de minibar es bastante completo y si te parece que aún puedes seguir bebiendo un poco más y tomarte una copa o refresco una vez llegado a la habitación, te lo sirves tú mismo sin necesidad de llamar ni molestar a nadie.
Después de visitar el hotel fuimos en nuestro bus al hotel Ríu Republica, un hotel recién inaugurado y en lo que a mí respecta con muchas carencias.
El hotel es solo para adultos, bastante sobrio y a falta de zonas verdes y las típicas palmeras caribeñas. Si lo que buscas es un hotel que no te recuerde que estas en el Caribe este es el tuyo.
Yo no lo aconsejaría a personas que buscan un paraje acogedor y tropical, ya que no se asemeja en nada.
Las habitaciones podrían ser de un hotel en San Petersburgo fácilmente y las vistas de no ser que estén posicionadas hacia la playa, tampoco te recuerdan donde estás.
Para mí, junto con otro hotel que vería en los próximos días, es el que menos me ha gustado. Tengo que decir que la playa en la que está situado, llamada Arena Gorda es impresionante, lo único positivo que puedo encontrar de esta visita.
Este día tendríamos la tarde libre nada más llegar al hotel Barceló, que es donde pasamos la noche pasada, así que llegamos deseando cambiarnos de ropa y dirección a la playa, sin pensar lo que allí nos esperaba.
En el Fam Trip hemos dicho que el tiempo libre es para pasarlo como quieras, libre sin compromisos de quedar con nadie del grupo, hacer lo que realmente nos apetezca. No sé como pero siempre hemos terminado todo o casi todo el grupo juntos, será porque nos apetecía.
Recién llegados a la playa justo abajo de nuestro hotel, que se llama Playa Bávaro, lo que nos esperaba era el agua de color marrón, llena de algas, que no te podías ni mojar el pelo, imaginaos el plan!
Aguantamos allí con unas cervezas y unas clases de zumba, que tengo que reconocer que se me da fatal y después de reírnos un rato, fuimos otra vez todos a la piscina del hotel, como no, a la que tiene el bar dentro del agua. Creo que nunca he estado tanto tiempo en agua, tiene una temperatura increíble, puedes beber dentro, hablar ya que haces pie en todos los sitios, lo pasamos muy bien, ha habido mucha complicidad entre nosotros y eso se palpaba en el ambiente.
Cuando la gente me pregunta que tal me lo he pasado, les digo que ha sido como volver al viaje de fin de curso, no te tienes que preocupar por nada y lo llevas prácticamente todo organizado, tu única misión es disfrutar y estar atento cuando tienes visitas.
Yo he viajado, no todo lo que me gustaría porque siempre quiero más, pero sí bastante, y a sitios poco frecuentes. Algún día os contaré mi viaje de dos meses de duración a Seúl, Corea del Sur, no tiene desperdicio.
Después de horas en agua, nos parecía aún pronto para ir a cambiarnos para la cena, y como no, apurando al máximo en cualquier sitio para que no te entre bajón.
Pues bien, fuimos al bar de al lado de la piscina, ya que se hace de noche a eso de las 17.30, hay que tener en cuenta que en República Dominicana es invierno, no porque estemos en un bar quiere decir que estemos bebiendo, la verdad que no ha habido nadie que haya terminado con un “morao” que merezca especial mención. En mi caso suelo controlar bastante, ya que tengo muy mala resaca y la verdad que hay que tener en cuenta que hemos ido a trabajar, aunque a veces se nos olvidaba.
Esta noche cenamos en restaurante Steak House, a la carta con Brigido y la directora comercial, y este día sí que tocaba un poco de discoteca.
Aquí se estila mucho los casinos abiertos 24 horas, allá que fuimos nosotros, yo no tengo ni idea de juego, tengo 34 años y he ido al Bingo una vez con 18 años con mis padres, lo vi una pérdida de dinero tremenda a una velocidad abismal.
Pues mi amigo Dani, tiene mucha idea en esto de la ruleta, truco, apostar siempre al mismo número. Aquí llega él, muy dispuesto pidiendo 20$ a los amigos que estaban con él, diciendo con su seguridad absoluta, confía en mí.
Confía en como pierdo todo vuestro dinero, jajaja! Así es el juego unas veces se gana y otras se pierde. De hecho ganó bastante en otro hotel de una sola mano, llámalo suerte, llámalo karma…
Entramos en la discoteca y no se podía estar del frío que hacía, me acordaba del chaquetón que tenía en la maleta, ese plegable tan mono. Qué horror haría 10 grados, no se podía estar, cuanto menos bailar, allí en vez de bachata te entraban ganas de bailar la polka.
Duré 10 minutos, me fuí a mi habitación, la cual me costó bastante encontrar, porque si de día es un lío andar por esos parajes, de noche ya es el doble de complicado.
La encontré y descansé como una campeona, al día siguiente me esperaba isla Saona.
Sé que puede parecer lo típico, visitar Isla Saona, lancha rápida a la ida, catamarán a la vuelta, pero como ya dije al comienzo del primer post, ningún viaje al mismo lugar ha sido ni parecido, ni mejor ni peor, solo diferentes… pensad, excursión de personas ya conocidas, solo para nosotros las lanchas, el catamarán, el reservado, etc…
Esto de viajar como VIP puede terminar gustándote, cuando llegué a España el día de vuelta y pedí una botella de agua en el AVE, me sentó hasta mal que me la cobrara, me acostumbré muy pronto a lo bueno.
Con estos viajes así de organizados, y sin tener que pensar en cuanto vale nada, te das cuenta que es normal cuando la gente famosa pierde la noción del valor de las cosas y los servicios, eso que para nosotros son cotidianos.
Creéis que Victoria Beckham sabe cuánto vale un billete de metro, o Cristiano Ronaldo una bombona de gas butano???? Os digo que ni se aproximan a su precio real.
Próximamente Isla Saona, juegos en el Lobby (he descubierto uno buenísimo, os suena el psicólogo???) a mí no me sonaba, noches de baile, “El Serrucho” y mucho más.
Nos seguimos leyendo.
Viajamos no para cambiar de lugar, sino de ideas.
Ana Sanchez
losviajesdemarleva.es/blog
Cada vez me enamora más leer estos post Ana de Marbella!????
Mil Gracias Julio!!!